Gracias a su proximidad a España, Oporto se convierte en un destino muy deseable, cómodo y atractivo para aquellos que quieran viajar desde Santiago.
La ciudad de Oporto, que también dio su nombre a un vino, es la segunda ciudad más grande de Portugal después de Lisboa y es uno de los secretos mejor guardados de Europa. Construido en las colinas con vistas a la desembocadura del río Duero, es un ejemplo de paisaje urbano con más de diez siglos de historia. Hoy es un próspero centro urbano que sigue creciendo, siempre ligado al mar.
Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1996 es una ciudad para recorrer a pie, aprovechando al máximo las calles estrechas llenas de historia o caminando a orillas del río Duero.